Los Equipos de Protección Individual (EPI) se encuentran en el último lugar de los protocolos de prevención que se implementan en las empresas. Muchas veces son la última barrera para evitar un riesgo o peligro. En este artículo queremos compartirle cómo debemos escoger estos equipos y qué podemos hacer para que nuestros empleados los utilicen de manera correcta. La prevención de riesgo del trabajo consiste en poner en práctica medidas que eliminen los peligros y reduzcan de manera significativa los riesgos en la salud y la seguridad en el trabajo.
Riesgo del trabajo y el papel de los EPI
Los EPI se encuentran en el último lugar de los protocolos, muchas veces son la última barrera para reducir el riesgo del trabajo
Primero buscamos eliminar los peligros. Si esto no es posible, buscamos sustituir los procesos, operaciones, actividades o equipo que pueda originar algún peligro.
Esta medida suele ser imposible de aplicar en su totalidad o muchas veces insuficiente, por lo que buscamos poner en práctica diferentes tipos de protecciones colectivas así como reorganizar la forma de trabajo de la manera más segura posible. Es entonces cuando aplicamos medidas de prevención administrativas en caso de que todo lo anterior no sea suficiente. Es importante tener en cuenta que este paso se realiza una vez que se constatar que nuestros protocolos y medidas de prevención son seguidas al pie de la letra, y que aún así, continúan existiendo riesgos para nuestro personal, es entonces que es nuestra obligación implementar Equipo de Protección Individual (EPI)
Es importante que tenga en cuenta que la selección del EPI debe ser especial para cada empresa. Este tipo de equipo representa una inversión considerable por lo que es necesario planearlo bien para que no se vuelva un gasto inservible. En efecto, al escoger mal EPI, si bien puede llegar a ser utilizado, no quiere decir que asegurará reducir los peligros y riesgos presentes en su empresa, ya que este no se encontrará adecuado a sus necesidades específicas como organización. Si estos instrumentos no cumplen su objetivo, no conseguirá que sus empleados los utilicen ni que los consideren importantes en el desempeño de su rol de trabajo, de esta manera, aunque se encuentren a su disposición, los empleados seguirán expuestos a diferentes riesgos, lesiones o accidentes, haciendo que dicho EPI se vuelva obsoleto e inútil.
Es por eso que, la elección de los EPI no se improvisa.
Este proceso debe ser controlado y metodológico. Para eso, se recomienda realizar la siguiente serie de acciones:
Para comenzar, considerar la vida humana como preocupación principal es indispensable. Los EPI no pueden ser escogidos por una sola persona y mucho menos por alguien que no esté al tanto de las características que se viven día a día en el lugar de trabajo.
Es preferible constituir un grupo de trabajo integrado por directivos, operadores y el departamento de QHSE. De esta manera cada uno podrá aportar su conocimiento del contexto que domina y así escoger el EPI que mejor se adapte a las necesidades de la empresa. Esta forma de trabajo se apega a las exigencias de la norma ISO 45001, debido a que pone en práctica la participación y colaboración de sus colaboradores
Este grupo debe trabajar por encontrar varios proveedores que les permitan tener una gama amplia en su elección del equipo. Esto también tendrá como objetivo recopilar y comparar las opiniones sobre estos profesionales del EPI, que deben asesorar de manera correcta a sus clientes.
Con base en un análisis, el equipo de trabajo debe proponer cuál es el EPP más adecuado para eliminar el peligro o reducir riesgos dentro de la empresa. Si es posible, es mejor aislar varios modelos disponibles de múltiples proveedores para realizar pruebas.
Duración del equipo: una característica a probar
Las pruebas del EPI deberán ser realizadas con las condiciones reales a las que las personas que lo usarán estarán expuestas. Es por eso que se escoge otro grupo de personas que realicen las pruebas, ellos deberán ser seleccionados desde el inicio del proceso y el grupo deberá ser heterogéneo, representativo y objetivo. Utilizar en las pruebas a las mismas personas que escogen los EPI puede ser un riesgo para la calidad de los resultados, ya que pueden interferir opiniones personales en su evaluación. Hay que evitar que esta decisión se vea influenciada por una preferencia hacia algún proveedor o modelo específico.
Las pruebas “in situ” deben estar orientadas hacia el funcionamiento de los EPI por su capacidad de eliminar los peligros y reducir los riesgos en las zonas laborales. Los beneficios que se deben obtener también deben relacionarse con la comodidad de trabajar con el equipo y la posibilidad de usarlo diariamente.
Hay muchas preguntas que deben ser resueltas. Es imposible que estas pruebas duren tan solo algunos días. Para revisar todas las posibilidades y obtener los mejores resultados de las pruebas normalmente se necesitan semanas.Tenga por seguro que esta será una buena inversión de tiempo, ya que se comprará exactamente el EPI que su empresa necesita.
Capacitación con el EPI: imprescindible
Una vez elegido el EPI adecuado a su empresa, no puede simplemente ser repartido y obligar a los trabajadores a usarlo. Cada entrega debe ir acompañado de una capacitación de uso y prevención, especialmente para supervisar y prevenir el fenómeno de la resistencia al cambio o cualquier otro fenómeno de rechazo.
En el caso de EPI particularmente específico, considere proporcionar la capacitación proporcionada por el proveedor del equipo. Por ejemplo, durante la entrega de cascos ventilados, el proveedor explica su funcionamiento para comprender mejor las diversas configuraciones disponibles (entre otras). Esta capacitación se prestará particularmente a la apropiación del EPI por parte de la fuerza de trabajo. Puede parecer costoso, pero se notará rápidamente que es una buena inversión si el EPI se adopta rápida y fácilmente, y no se deja en un armario.
No dude en capacitar a futuros usuarios y realizar demostraciones si es necesario. Es mejor mostrarles desde su integración a la empresa cuál es el funcionamiento y las ventajas de utilizar el EPI, en lugar de que ellos descubran, en un accidente, los riesgos a los que están expuestos. Por ejemplo, puede demostrar fácilmente el rendimiento de un guante anticorte o un guante antichoque.
Finalmente, use casos concretos para explicar por qué se necesitan este EPI.
Por ejemplo, puede discutir el tema en chats y presentar artículos o informes de accidentes antiguos que hayan tenido lugar internamente. También pueden estar hablando ejemplos del exterior. Siempre es más fácil entender algo si nos identifica con el tema, lo cual es más efectivo cuando conocemos caso concreto.
Ahora lo sabe, elegir un EPI no consiste solo en elegir un modelo en un catálogo. Implementarlo en su empresa no consiste solo en distribuirlo a sus empleados. Finalmente, usarlo no significa dar la orden de hacerlo. El área de QHSE debe estar al centro de un proceso largo y complejo que beneficie a todos cuando se lleva a cabo correctamente.
Fuente: Blog QHSE