La situación ambiental actual y la creciente preocupación y conciencia al respecto, ha provocado que el tratamiento y gestión de los residuos pasen a ser tarea prioritaria para muchas empresas.
Una adecuada gestión de los residuos industriales, además de proteger el medioambiente y cumplir con la normativa vigente, mejora la imagen de las empresas y hace que ganen en eficiencia y competitividad, a largo plazo.
¿Son peligrosos los residuos industriales?
En la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados (España) se define como residuos industriales a aquellos residuos resultantes de los procesos de fabricación, transformación, utilización, consumo, limpieza o mantenimiento generados por la actividad industrial, excluidas las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de noviembre.
Dentro de este tipo de residuos, podemos distinguir entre:
Residuos industriales no peligrosos
En este grupo se encuentran los residuos inertes que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas.
Por lo tanto, no son solubles, ni combustibles y no reaccionan de forma física ni química. Tampoco se biodegradan y no van a afectar a otras materias si entran en contacto con ellas.
Según estas características, estamos hablando de residuos que no resultan perjudiciales para la salud o para el medioambiente. Pero, en cualquier caso, para determinar si un residuo industrial debe ser considerado peligroso o no, es necesario conocer su nivel de lixiviación. Es decir, la capacidad de sus componentes, una vez pulverizado, de ser solubles y poder contaminar suelos o aguas subterráneas.
Los residuos industriales no peligrosos se clasifican de la siguiente forma:
- Materiales industriales comunes: en este grupo entran los anticongelantes, polvos de molienda, barro, sustancias químicas no peligrosas y cenizas.
No son peligrosos para la salud humana, pero al ingresar a ecosistemas naturales, generan efectos en el medio ambiente.
- Desechos electrónicos: incluye de forma específica los que no son peligrosos dentro del grupo de residuos electrónicos. Como ejemplos están el cobre y oro (de ordenadores), piezas de acero recubiertas con zinc, plástico, aluminio y vidrio.
Muchos de estos residuos son reutilizables o reciclables.
- Residuos sólidos: corresponden con el excedente de los procesos de fabricación y embalaje. Los más comunes son el cartón, plástico, espuma, metal o papel.
Se trata de residuos en su mayoría reutilizables o reciclables.
- Materiales secundarios considerados no peligrosos: son los que quedan tras el proceso de producción y que aún pueden resultar útiles. Algunos ejemplos son: arena de fundición gastada, desechos de la combustión de carbón o los materiales de construcción.
Residuos industriales tóxicos o peligrosos
En este grupo de residuos entran todos aquellos desechos que tienen un riesgo para la salud y para el medio ambiente, debido a sus características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas o radiactivas.
La gran mayoría de los residuos industriales peligrosos son productos derivados de la industria química y petrolera.
Dentro de este tipo de residuos tenemos:
- Residuos químicos: suelen generarse a partir de las actividades de procesamiento. Deben eliminarse de forma cuidadosa para evitar posibles reacciones químicas cuando se exponen a ciertas temperaturas, otras sustancias o materiales.
Su origen también puede venir dado de la descomposición de productos químicos.
Como ejemplos tenemos los derivados de fertilizantes y plaguicidas, medicamentos, tintes y pinturas, productos de limpieza y combustibles.
- Desechos tóxicos: se trata de materiales altamente perjudiciales porque son capaces de causar la muerte, defectos genéticos en el nacimiento de seres vivos y de contaminar ecosistemas completos.
Los más perjudiciales son los hidrocarburos y derivados del petróleo.
Gestión de residuos industriales
En la gestión de residuos industriales, sean peligrosos o no, la empresa productora está en la obligación de mantenerlos en condiciones óptimas hasta su entrega a un gestor autorizado. Además, deben ser transportados por un transportista registrado.
Las etapas del manejo de los residuos industriales son las siguientes:
Generación de residuos industriales
En esta etapa, los residuos se deben clasificar y separar dependiendo de su peligrosidad y características físico-químicas. Hay que evitar mezclas para hacer más fácil el tratamiento posterior.
Acumulación y almacenamiento de residuos industriales
Se recoge y almacenan los residuos por separado, en el lugar de generación. Hay que controlar que no haya fugas ni derrames, y evitar las mezclas. Por tanto, es necesario usar envases y depósitos compatibles y resistentes para cada tipo de residuo, y deben ser etiquetados con la fecha, el tipo de residuos y un código para su monitoreo.
Transporte de residuos industriales
El transporte de los residuos industriales debe cumplir con las leyes vigentes de cada país y el vehículo debe llevar una ficha técnica de los residuos, así como el conductor de contar con una licencia que le permita transportarlos.
Tratamiento y disposición final
El tratamiento se realiza con el fin de que los residuos industriales perjudiquen lo menos posible el medio ambiente y la salud de las personas.
El tipo de tratamiento dependerá del tipo de residuo industrial que tengamos. No se tratan por igual los residuos industriales peligrosos que los residuos industriales no peligrosos.
Para los residuos tóxicos y peligrosos existe un gran número de tratamientos, cuya finalidad es la recuperación de recursos (materiales y energéticos), la detoxificación, y la reducción de su volumen final.
Algunos ejemplos de tratamientos son:
- Físicos: los residuos pasan por procesos de centrifugado, decantado, filtrado y similares, hasta que dejan de ser peligrosos y, por lo tanto, de contaminar.
- Químicos: los residuos, según su composición, son sometidos a distintos tratamientos químicos para neutralizar o reducir su peligrosidad.
- Biológicos: determinados residuos (orgánicos) se someten a digestiones por parte de microorganismos, fermentaciones, o procesos de la misma índole, para reducir su peligrosidad. Permiten generar energía en forma de gases renovables.
- Incineración y valorización: suele ser un tratamiento eficaz para reducir los residuos y además permiten la generación de energía. El mayor problema que presentan son la generación de cenizas y emisiones de determinados gases al exterior.
- Rellenos sanitarios o vertederos: aquí es donde llegan los residuos que no pueden ser tratados de ninguna otra forma sin que resulte dañino para el medioambiente. Se trata de vertederos específicos para cada tipo de residuos, donde se almacenan de forma segura, cumpliendo unos requisitos y garantías, para no contaminar el suelo o las aguas subterráneas.
- Encapsulación: esta técnica se emplea para tratar determinados residuos peligrosos y consiste en incorporarlos dentro de un material que lo aísla del ambiente. Con ello, se reduce la movilidad de los contaminantes y se minimizan los riesgos de contaminación por lixiviación.
Las plantas que realizan estos tratamientos deben cumplir una legislación muy estricta y contar con las medidas de seguridad adecuadas para garantizar la seguridad ambiental y sanitaria.
Fuente: Genia Bioenergy