El mantenimiento del sistema hidráulico requiere de una serie de controles y revisiones que garanticen un funcionamiento adecuado del equipo. Por norma general, estas acciones implican usar un fluido hidráulico de calidad, revisar su estado, controlar el nivel y cambiar los filtros periódicamente. Pero, ¿es esto suficiente para asegurar que el sistema no va a fallar?
Tareas para el mantenimiento de sistemas hidráulicos
Si al mantenimiento del sistema hidráulico se incluyen estas tareas preventivas, se gana en seguridad y eficiencia en el funcionamiento de los equipos.
Revisar el depósito del aceite
Un buen momento para revisar el depósito de aceite y limpiarlo es cuando el equipo está parado. Además de almacenar el aceite, las funciones de este elemento son la de disipar el calor y permitir que los contaminantes (agua, partículas o aire) se separen del aceite.
Si el depósito no se limpia, las consecuencias pueden ser negativas para el equipo. ¿El motivo? Un depósito sucio disminuye su capacidad de eliminar el calor y, por tanto, lo acumula. Esto provoca que la temperatura aumente por encima del nivel recomendado de 60ºC.
Con este calor, el aceite se degrada más rápido, provocando que formen lodos en el sistema. Si estos residuos no se eliminan del depósito pasara a otros componentes, poniendo en peligro al sistema.
Muchos depósitos de aceite tienen un filtro que coloquialmente se llama colador. Estos filtros filtran a 100 o 125 micras y solo sirven para evitar que entren al depósito partículas excesivamente grandes.
Aparte en la aspiración de la bomba hidráulica para evitar que las partículas dañinas entren en la bomba, suele haber otro filtro con una eficiencia de 2 a 8 micras recomendadas para proteger la bomba que esta filtración sea eficaz es de 3 a 8.
Lavado y limpieza del sistema
Cuando se quita el fluido hidráulico del depósito para limpiarlo, si el aceite no se va a cambiar por otro nuevo debe filtrarse muy bien y asegurándose que todos los contaminantes sólidos y agua se eliminen.
Tras limpiar el depósito, a la hora de llenar el aceite hay que volver a filtrarlo. Después es recomendable que circule por todo el sistema hidráulico para limpiar las tuberías, las válvulas, el motor y los cilindros.
Una vez realizada esta última operación hay que volver a sustituir todos los filtros del sistema que estarán colmatados por toda la suciedad retenida en el arrastre.
Para llevar a cabo esta operación, es muy útil recurrir a un equipo de filtración portátil porque permite depurar en línea consiguiendo la eliminación de partículas finas y de agua a través de un elemento filtrante absorbente.
Comprobar el estado del filtro de respirador de aire
Si hay un componente al que se le presta poca atención en el depósito, ese es el filtro de aire o respirador desecante. Es importante revisar esta pieza y asegurarse que filtra bien el aire fluido porque es la primera defensa que tiene el sistema para evitar que los contaminantes entren al depósito.
Dependiendo de su ubicación y el grado de contaminación en el entorno, es posible que este filtro deba cambiarse un par de veces al año.
No obstante, existen tapones de depósito que recogen y expulsan la humedad sin necesidad de cambiarlo, a diferencia de los filtros desecantes que sí requieren sustituciones frecuentes.
Estos tapones o respiraderos proporcionan un flujo de aire limpio a los depósitos y otros contenedores de almacenamiento donde se produce intercambio de aire durante el cambio de los niveles de fluido.
Lavado y limpieza del intercambiador de calor
En un intercambiador de calor con agua (del tipo carcasa y tubos), el aceite fluye por fuera de los tubos, mientras que el agua lo hace a través de los tubos y en dirección opuesta.
El calor se transfiere del aceite al agua. Para conseguir que la transferencia de calor sea más eficiente, el flujo de agua debe ser una cuarta parte del flujo de aceite.
Si se emplea un enfriador de aire, hay que asegurarse que el ventilador del enfriador se encienda a los 50 ºC y se apague a los 40 ºC. También es recomendable que las aletas del radiador estén limpias, de manera que pueda verse la luz a través de ellas.
Revisar el interruptor de alta temperatura
Como he comentado antes, el aceite hidráulico comienza a degradarse a partir de los 60 ºC, pero muchos sistemas no desconectan el equipo hasta que la temperatura del fluido alcanza los 70 ºC. Esto es un problema y te explico por qué.
Los sistemas hidráulicos están diseñados para funcionar por debajo de los 60 ºC. Por cada 10 ºC que se incremente la temperatura, la vida del aceite se reduce a la mitad.
Cuando la temperatura del fluido sube por encima de ese nivel, eso significa que el sistema tiene un problema. Este anómalo comportamiento puede estar provocado por un mal funcionamiento del enfriador o porque la bomba está enviando más aceite de la cuenta.
Para evitarlo, lo recomendable es fijar el interruptor de alta temperatura a 60 ºC para que la bomba se apague e impedir la degradación del aceite.
Normalmente, una subida de temperatura en el sistema hidráulico va acompañado de inmediato de una bajada de presión de aceite, esto es síntoma de que hay un problema en la bomba.
Hacer pruebas a la bomba
Es importante comprobar el flujo que sale de la línea de drenaje del sistema. En las bombas de caudal fijo o variable, esta prueba se realiza con un caudalímetro o bien haciendo llegar la tubería a un contenedor y midiendo el tiempo, con la presión de salida al nivel máximo. No se recomienda sostener la tubería con la mano durante esta prueba y hay que asegurar la tubería al contenedor antes de encender la bomba.
El flujo normal de la línea de drenaje del sistema es del 1 al 5% del volumen máximo de la bomba. Las bombas de paletas generalmente pasan en derivación más flujo que las bombas de pistón. Si de la tubería de drenaje de la bomba sale el 10% del volumen máximo, es un indicador claro de que debe cambiarse la bomba.
A tener en cuenta que en esta línea de drenaje no debemos de tener presión.
¡Ojo! Estos datos son generales, ya que hay bombas que pueden superar estos porcentajes indicados.
Las bombas de desplazamiento fijo se pueden probar con un caudalimetro o verificando el flujo a través de la válvula de alivio. Para ello, hay que encender la bomba y registrar el flujo que sale de la tubería que va al depósito por la válvula de alivio, durante un minuto.
A continuación, debe reducirse la configuración de la válvula de alivio a su ajuste mínimo. La diferencia debe ser de menos del 10% entre las tasas de flujo de las dos pruebas. Si una bomba está muy desgastada, el flujo será considerablemente menor a la presión más alta.
Comprobar el acumulador
Un acumulador debe precargarse con nitrógeno seco de la mitad hasta dos tercios del ajuste del compensador de la bomba. Cuando se apaga el sistema hidráulico, se puede utilizar un dispositivo de carga con un manómetro para verificar el nivel de precarga.
Para confirmar que el acumulador funciona correctamente hay que revisar la temperatura de la carcasa con una pistola de temperatura. La mitad inferior debe estar más caliente que la mitad superior.
Si solo se localiza calor en la parte inferior, el acumulador puede estar sobrecargado. Si no hay calor, hay un problema. Puede que se haya roto la vejiga, los sellos del pistón pueden estar dañados, la precarga puede estar por encima del ajuste del compensador o puede haberse fugado todo el nitrógeno. Si el calor se siente completamente en la parte superior, la carga es insuficiente.
Revisar las mangueras
Además de que la longitud de las mangueras han de ser las adecuadas, es importante que estas no se desgasten, debido al trabajo diario o el roce con el suelo u otros elementos. Para evitar este deterioro existen fundas y soportes que las protegen.
Comprobar las abrazaderas
Otro punto a tener en cuenta son las abrazaderas del sistema, que deben ser las adecuadas para las líneas hidráulicas. Las abrazaderas en U con tornillos (tipo viga) y para tubo conduit no son recomendables, ya que no absorberán el choque generado en la tubería. Las abrazaderas deben tener una separación de aproximadamente 1.50 metros e instalarse a 15 centímetros del punto de terminación de la tubería.
Revisar las válvulas
Cualquier sistema cuenta con una o más válvulas que se cierran cuando el equipo está funcionando. Entre ellas, están las válvulas de alivio usadas con bombas compensadoras de presión, válvulas de purga de aire y válvulas de descarga del acumulador.
Las tuberías de estas válvulas que van hacia el depósito deben revisarse periódicamente para asegurarse de que las válvulas estén cerradas y no se pierda aceite.
Si al mantenimiento del sistema hidráulicose incluyen estas tareas preventivas, se gana en seguridad y eficiencia en el funcionamiento de los equipos.
Al realizar estas pruebas, se pueden anticipar problemas y, de este modo, evitar averías o paradas innecesarias de la maquinaria. A todo ello, añadir siempre el uso de un fluido hidráulico de calidad.
Fuente: Lufil Sur