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Industria 4.0: la tecnología en el centro de la revolución

Para modernizar y mantener sus actividades, las organizaciones deben desplegar nuevas herramientas. La Industria 4.0 es una de las principales palancas.

La digitalización de los procesos es uno de los mayores desafíos para el sector industrial. Las naciones buscan ser líderes en la Industria 4.0 para impulsar la economía, por ello las necesidades de inversión y financiación de este tipo de proyectos debe ser una prioridad. Por ejemplo, Alemania ve la digitalización y la conectividad como una herramienta para mejorar las cadenas de valor, esto tendrá como resultado 82000 millones de euros para el PIB del país.

Mediante la integración de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), la robótica, la realidad aumentada, la impresión 3D y la Inteligencia Artificial (IA), la Industria 4.0 pretende responder a los retos a los que se enfrentan los fabricantes y los políticos en términos de reconocimiento internacional, la calidad y el desarrollo sostenible.

Punto de ruptura de la industria tradicional

Ante los nuevos retos del siglo XXI, la industria tal y como la conocemos está llegando a sus límites.

Más que nunca, los consumidores y clientes buscan valores como la transparencia, el compromiso social y medioambiental, la calidad de vida en el trabajo y la confianza en la calidad de los productos puestos a la venta en el mercado.

Hoy en día, las nuevas tecnologías están omnipresentes en nuestra vida cotidiana, simplificando los procesos de comunicación y control, garantizando la versatilidad y adaptabilidad de las líneas de producción.

Como vimos durante la crisis sanitaria, algunos grandes grupos se movilizaron y adaptaron sus actividades en consecuencia. En ese momento, la fábrica de Renault había desarrollado veinte prototipos de viseras protectoras impresas en 3D. Esta capacidad de respuesta sólo es posible si los equipos son adaptables y los procesos digitales están bien perfeccionados.

Por ello, la polivalencia de los equipos es una prioridad en las empresas y sólo se puede conseguir simplificando y automatizando los procesos. La tecnología digital está plenamente adaptada a esta evolución, ya que es una garantía de adaptabilidad y rendimiento operativo.

La evolución gradual de las prácticas

La tecnología digital se está convirtiendo poco a poco en parte de los hábitos de un gran número de empresas: gestión electrónica de documentos (GED), plataformas de co-working, planificación automatizada, seguimiento de la normativa, herramientas estadísticas, etc. Se están desarrollando herramientas para simplificar el trabajo diario del personal operativo y proporcionar a los equipos de gestión una visibilidad en tiempo real de los procesos para orientar rápidamente las decisiones políticas.

En el sector industrial, por ejemplo, el auge de las impresoras 3D ya ha demostrado su eficacia. Capaz de designar piezas producidas en serie o piezas "excepcionales", la impresión 3D supone una auténtica revolución en la calidad de los productos acabados. El resultado es un ahorro de peso y un aumento de la solidez porque se pueden evitar ciertas soldaduras y ensamblajes. La producción puede entonces convertirse en "a la carta", como recomienda el Lean Management para reducir el riesgo de problemas musculoesqueléticos y evitar la producción de desechos y de almacenamiento innecesario.

En el sector de la construcción, la impresión 3D también se está desarrollando para facilitar la construcción de edificios, partes de puentes o mobiliario urbano. En 2019, se imprimió en 3D un edificio de oficinas de dos plantas en Dubái.

Siempre en el ámbito de la edificación y la ingeniería civil, el desarrollo del BIM (Building Information Modeling) garantiza la calidad de las obras, respetando los plazos, el buen funcionamiento de las actividades y el medio ambiente al planificar de antemano las necesidades y los riesgos inherentes a la obra.

Por último, en el sector de la automoción, la tecnología digital simplifica los procesos al ahorrar tiempo en la localización de averías gracias a la integración de la electrónica. Los ordenadores permiten identificar fallos en el motor en pocos segundos.

Lo digital es la nueva normalidad

La transición digital de las organizaciones va ganando terreno con el paso de los años, y poco a poco van surgiendo nuevas prácticas.

En el día a día, la Industria 4.0 ofrece la garantía de que el personal operativo acceda rápidamente a los datos técnicos (procedimientos, fichas de datos de seguridad (FDS), hojas de pedido, etc.), que la gestión intermedia aligere la carga administrativa y esté más cerca de sus empleados sobre el terreno, y que la dirección obtenga en tiempo real todos los datos estadísticos necesarios para tomar decisiones estratégicas.

Al igual que las impresoras 3D que se adaptan a cualquier necesidad del cliente, las herramientas digitales como las que ofrece BlueKanGo se adaptan a la organización de la empresa, independientemente de su tamaño o sector de actividad.

También tiene la ventaja de poder luchar contra la obsolescencia de los productos, las piezas de recambio o los costosos programas informáticos en los que los cambios de versión se hacen imprescindibles con el tiempo.

Por ello, la colaboración entre el Departamento de Sistemas de Información (DSI) y todos los departamentos es esencial. La relación entre las TI (Tecnologías de la Información) y los procesos de negocio es un factor diferenciador y creador de valor en el marco de la implantación de los principios de la Industria 4.0. Más que un simple apoyo, los departamentos de TI acompañan a los empleados a través de los cambios tecnológicos realizados en la empresa.

Fuente: Blog QHSE

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