Gestión del Mantenimiento reactivo vs. Mantenimiento proactivo
Gestión del mantenimiento Reactivo vs. Proactivo Parte Nº4
Las personas asocian la gestión del mantenimiento reactivo con el mantenimiento correctivo y el mantenimiento proactivo con el mantenimiento preventivo
Es muy común que los términos “Mantenimiento Reactivo” y “Mantenimiento Proactivo” sean considerados como tipos de mantenimiento, pero lo más conveniente cuando nos referimos a esos términos, es comprender que se trata de formas o enfoques de gestión, cada uno con sus características particulares. La mayoría de las personas asocian el mantenimiento reactivo con el mantenimiento correctivo y el mantenimiento proactivo con el mantenimiento preventivo. Esto ocurre porque el concepto de mantenimiento proactivo se origina a partir de la convicción de que el principal objetivo del mantenimiento es evitar la falla y para ello todo el mantenimiento debe ser basado en la evaluación de la condición sin importar el costo de esta decisión. Lo más importante es reconocer que la mejor decisión será adoptar una estrategia de mantenimiento que produzca el mejor resultado desde el punto de vista costo-beneficio para la empresa.
La gran diferencia entre desarrollar una gestión reactiva y una gestión proactiva del mantenimiento se observa claramente si se representa el nivel de tiempo y esfuerzo dedicado a los distintos tipos de mantenimiento. En la figura 1.3 se presentan dos gráficas, a la izquierda se muestra el perfil típico del resultado de un sistema de mantenimiento reactivo en el que prevalece, es decir, a lo que se le dedica la mayor parte del tiempo y del presupuesto, es el mantenimiento de emergencia, seguido, de lejos, las actividades típicas de mantenimiento preventivo, que generalmente han permanecido estáticas durante mucho tiempo y basadas en recomendaciones generales del fabricante o la sugerencia de personal con experiencia que de forma empírica considera que estas son las actividades que se deberían realizar. También se observa que se desarrolla una débil actividad de mantenimiento predictivo, la cual se genera sin fundamento técnico ni un análisis de costo-beneficio que lo justifique, normalmente seguida de una recomendación de algún vendedor o colega que considera conveniente desarrollar este tipo de actividades. Otra característica determinante para la existencia de un sistema de mantenimiento reactivo es la escasa dedicación de recursos y tiempo a las actividades para la evaluación del tipo y frecuencia de fallas, al análisis causa raíz, a la mejora del trabajo realizado y en general a desarrollar un conjunto de actividades que conduzcan a minimizar el mantenimiento correctivo de emergencia.
En un sistema de mantenimiento proactivo ocurre todo lo contrario, es decir, en el departamento de mantenimiento se evalúa el trabajo realizado y se promueven actividades que determinen las causas de los problemas que generan mayores costos e indisponibilidad de tal forma que se optimizan los planes de mantenimiento mediante la adopción justificada de técnicas para evaluar la condición y proponer acciones que minimicen el mantenimiento correctivo de emergencia. El perfil resultante de esta estrategia de gestión es que mediante el incremento de acciones propias de la ingeniería de mantenimiento para determinar el origen de los problemas y evaluando las mejores opciones técnicas y financieras, se logra minimizar la presencia del mantenimiento correctivo que se debe ejecutar en condiciones de emergencia. Este resultado se manifiesta en lo representado en la gráfica de la derecha de la figura 1.3.
Perfil de los sistemas reactivo y proactivo de mantenimiento.
Curriculum vitae del Ingeniero Jose Contreras Marquez