Una de las formas de combatir las pérdidas técnicas en la distribución eléctrica
Distribución eléctrica - Como disminuir altas pérdidas
Una de las formas de combatir las pérdidas técnicas en la distribución eléctrica que perjudican a los consumidores
Las altas pérdidas que registran las distribuidoras de energía eléctrica, tanto técnicas como comerciales, que generan miles de millones en pérdidas para las empresas y perjudican a los consumidores con falta de energía, siguen siendo un problema de difícil solución.
El alarmante escenario del derroche de energía eléctrica suscita debates y búsqueda de soluciones, constituyendo un desafío para las empresas del sector.
Varios estudios e investigaciones ya han demostrado que se desecha una gran cantidad de energía eléctrica que podría ser utilizada para su desarrollo.
Según datos del estudio “El Sector Eléctrico Brasileño y la Sostenibilidad en el Siglo XXI: Oportunidades y Desafíos”, de la Iniciativa sobre Alternativas de Política para el Sector Eléctrico en Brasil, lanzada en 2012, una quinta parte de la energía producida en el país se desperdicia durante el transporte a los centros de consumo, lo que genera un incremento de hasta un 5% en la tarifa promedio pagada por los consumidores.
En este estudio, como en muchos otros, los autores ya han demostrado la necesidad de medidas que debe adoptar el gobierno para priorizar el aumento de la eficiencia energética y la reducción de los residuos, esenciales para la innovación tecnológica y la competitividad industrial.
Tanto las pérdidas comerciales, que incluyen robos, fraudes y problemas de medición y facturación, como las pérdidas técnicas, aquellas relacionadas con el proceso de distribución de electricidad, donde parte de la energía se disipa con calor, son inevitables.
No se pueden poner a cero por completo, pero se pueden minimizar, y para eso, las concesionarias apuestan por acciones de combate al robo de energía y modernización tecnológica de las redes.
Sin embargo, las inversiones en nuevas tecnologías, como la construcción de una red inteligente (Smart Grid), por ejemplo, con software de control avanzado y medidores inteligentes, para gestionar la generación, transmisión, distribución y consumo de energía eléctrica, serán inútiles 100. % Los componentes confiables no se utilizan en todas las etapas del proceso.
Uno de los problemas que más inciden en las pérdidas técnicas es precisamente el hecho de que las empresas adopten políticas que utilizan la máxima de que “todo por el menor coste de adquisición” es una ventaja.
Si hacemos una analogía entre una red de distribución de energía y una cadena, los conectores son el eslabón más débil de esta cadena. En la implementación de una red de distribución, son componentes cuyo valor no alcanza el 3% del costo total de la red.
Sin embargo, a pesar del bajo valor, los conectores son de vital importancia para la calidad del suministro eléctrico, ya que si fallan, se compromete el objetivo principal de la red, que es suministrar electricidad a los consumidores.
La aplicación de conectores en la construcción o puesta en marcha de una red de distribución eléctrica es inevitable e imprescindible. En una red de distribución de energía desnuda, la función de los conectores es reconstituir la capacidad de conducción de corriente eléctrica (energía) de los conductores (cables). En una red de distribución aislada, los conectores también tienen la función de restaurar el aislamiento de los conductores conectados.
Partiendo de la vital importancia de los conectores para el suministro satisfactorio de energía eléctrica, sería lógico que las empresas distribuidoras de energía eléctrica priorizaran la calidad, confiabilidad y vida útil de estos componentes a la hora de adquirirlos.
Sin embargo, lo que observamos es que, en muchos casos, las empresas distribuidoras de electricidad realizan muchas de estas compras poniendo en primer plano el coste de adquisición, dejando en un segundo plano la calidad del componente. Y como sabemos, lo barato a veces sale muy caro.
Conectores de relativamente menor costo, generalmente inadecuados, ineficientes e inseguros, que presentan fallas y, en consecuencia, problemas en el suministro de energía, ocasionando numerosos inconvenientes y pérdidas a distribuidores y consumidores.
Reflexionemos: los medios físicos de transporte de energía son los conductores metálicos. En esta distribución de energía son necesarias las interconexiones, derivaciones y terminaciones que realizan los conectores.
Por tanto, si la política y filosofía de adquisición de estos componentes, los conectores, sigue siendo la de “todo al menor coste de adquisición”, las inversiones realizadas no serán válidas y nunca tendremos una red de distribución eléctrica que permita avances tecnológicos como este. como Smart Grid y ser realmente eficiente.
Además, otro factor que posiblemente influye en la calidad de los servicios de distribución de energía prestados en Brasil son los límites de tolerancia para la duración de las interrupciones, que aún son muy altos en el país.
Según André Pepitone da Nóbrega, director de ANEEL (Agencia Nacional de Energía Eléctrica), en Europa la duración de las interrupciones de energía toleradas es de 300 minutos por año. En los Estados Unidos, son 500 minutos. En Brasil, el número calculado por las empresas es un absurdo de 16 horas.
Por tanto, necesitamos acercarnos a los estándares mundiales de interrupción y aumentar la exigencia en relación a los límites tolerados, lo que, en consecuencia, exigiría a las empresas distribuidoras de energía un mayor compromiso con la calidad de sus servicios, incluyendo, para ello, la inversión en tecnología y componentes de calidad.
Roberto Karam es ingeniero, empresario y director comercial en KRJ